
Para iniciarse en esto de los peces sería conveniente empezar con lo más simple:
Una pecera pequeña.
Pocos ejemplares de la misma especie.
Animalitos rústicos y resistentes.

hay peces como los Gupis de río, o esos que de manera tradicional —aunque incorrecta— se les llama “Espadas” (que no son los grandes habitantes de mar, sino unos pequeñuelos que viven en agua dulce). Además de no tener requerimientos especiales de temperaturas controladas, son bastante rústicos y adaptables. Son también económicos y, en algunos casos, casi tan vistosos como los tropicales. Eso simplifica enormemente el manejo y equipamiento de la pecera, ya que se necesitan menos accesorios.




Reconocer una enfermedad es fácil porque las diferentes partes del pez actúan como señal clara e irrefutable. Por si esto no es suficiente, las alteraciones que se observan en su comportamiento suelen ponernos igualmente en alerta. Para un mayor grado de certeza se utiliza una lupa y, de este modo, los cambios de coloración por ejemplo, serán más visibles.


La normalidad en el estado del pez dependerá mucho de la especie ante la que nos encontramos, ya que cada uno tiene una forma particular de nadar. Debemos informarnos bien de los usos y costumbres más asentados de la especie o especies que tengamos en nuestro acuario ya que el abanico de diferencias es muy amplio.



Las alteraciones en la salubridad de nuestros pequeños amigos son más numerosas de lo cabe esperar. Hay una enfermedad que afecta a los ojos de los peces llamada exoftalmia que hace que los órganos visuales estén desorbitados. El líquido biológico se almacena en el interior de los ojos generando una hinchazón del globo y empujándolo hacia el exterior. Las causas de este achaque pueden estar en el propio acuario; concretamente en la calidad del agua, o en la nutrición que les facilitamos. Agentes externos como microbios o parásitos pueden igualmente tener el protagonismo en esta dolencia, además de presentarse acompañando a la tuberculosis o a la hiprodesía.




enfermedades más comunes provienen de los hongos, las bacterias y los parásitos. Cuando un pez sufre un rasguño está expuesto al ataque de los hongos pero, para erradicar a los mismos antes de que se produzca la agresión al pez, deberemos mantener limpio el fondo del acuario de excrementos y otros restos orgánicos.


y siempre piensen esto: los peces pueden ser el mejor amigo del hombre.